Aprender a mediar en conflictos implica mirar sin miedo nuestra naturaleza, al mismo tiempo violenta y pacífica. Practicar mediación tiene un efecto positivo de bienestar personal: contribuir a que dos personas enfrentadas, enemistadas, consigan recuperar una mirada humanizada recíproca, es complejo y emocionante. Aprender a mediar requiere conocimientos, técnicas, herramientas, protocolos, aplicados a conflictos diversos: conflictos interpersonales, grupales y  multiparte. 

Conocimiento práctico de esta modalidad de mediación: con qué programas y servicios responden los equipos y proyectos de mediación comunitaria a las necesidades de la ciudadanía en materia de mejora de relaciones de convivencia en los barrios. Cómo se aplica la mediación en un territorio, sumándose a la dinamización de la comunidad y al trabajo en red. Tipología de conflictos atendidos desde esta modalidad: vecinales, comunidades de vecinos, grupales, multiparte, de espacio público, en centros educativos, etc Conocimiento de ejemplos y proyectos de mediación comunitaria en nuestra comunidad y fuera de ella.

Tensiones dentro de un grupo, tensiones entre grupos, tensiones con múltiples grupos y partes implicadas. Toda esta tipología comparte factores potenciales de los conflictos en grupo: confrontación y competencia entre roles, poder, problemas en la distribución de tarea y beneficios, etc Cómo manejarse en la resolución de estas situaciones implica decidir estrategias adecuadas al punto de escalada del conflicto y herramientas prácticas que permitan desvelar pensamientos y sentimientos que reprimimos, clarificar posiciones, sanear la atmósfera emocional o revisar cómo se toman decisiones.

Discrepancias en la manera de usar y disfrutar de los espacios comunes, ruido indeseado en la calle o entre vecinos, falta de cuidado del espacio público…son ejemplos de conflictos con múltiples partes implicadas en escenarios de convivencia ciudadana como son los barrios, calles, viviendas, plazas, zonas deportivas, etc Utilizar estrategias y herramientas de mediación en conflictos comunitarios de espacio público implica conocer métodos específicos y experiencias relevantes para estos casos.

Conjunto de acciones formativas de apoyo, para promover que una comunidad de vecinos, afectada por conflictos diversos, pase de no poder ocuparse adecuadamente de sus problemas a conseguir hacerlo, primando las actitudes de respeto y la coexistencia pacífica, organizándose para resolver con eficacia los asuntos comunes.

Equipos de trabajo, asociaciones, colectivos, organizaciones, cooperativas, empresas…comparten una necesidad: ser capaces de afrontar las tensiones y diferencias que emergen en cualquier grupo enfocado a una tarea, que pueden provocar situaciones destructivas y daños personales graves. Para mejorar el funcionamiento y trabajo en un grupo es necesario prestar atención a su atmósfera emocional, sanear el clima organizacional. Para ello es clave reforzar los grupos dotando de un espacio y tiempo en la organización para la gestión del conflicto, adquiriendo sus miembros herramientas para ello.

Cuando la diferencia cultural es significativa y relevante en el conflicto, hablamos de mediación intercultural. Percibimos e interpretamos la realidad desde unos valores y vamos construyendo nuestra identidad colectiva e individual. Muchas veces nos perturba y afecta aceptar la diversidad, las diferencias, las divergencias…Además en los escenarios donde se producen estos choques conviven mayorías y minorías, migrantes, autóctonos y extranjeros, personas con privilegios y en exclusión económica. Cómo gestionar conflictos cuando chocan ideas y creencias de las personas y grupos implicados requiere adquirir herramientas de mediación y clarificar los límites innegociables en materia de valores y derechos fundamentales. 

Conjunto de acciones formativas de apoyo, para promover que una comunidad de vecinos, afectada por conflictos diversos, pase de no poder ocuparse adecuadamente de sus problemas a conseguir hacerlo, primando las actitudes de respeto y la coexistencia pacífica, organizándose para resolver con eficacia los asuntos comunes.

La violencia se aprende, se sufre y se ejerce. Por tanto, se puede desaprender, podemos y debemos pararla; y tenemos herramientas para decidir no ejercerla. Es tan importante buscar vías de resolución alternativa de conflictos, como no consentir el abuso en todas sus formas.

Reflexión sobre los efectos que provoca estar “atrapado” en un conflicto (tensión, malestar emocional y físico, disposición a pelear o huir…), sobre lo que sentimos, por qué nos ocurre y qué podemos hacer para generar respuestas no violentas pero que restablezcan nuestro equilibrio y bienestar personal.

Mecanismos de defensa, resistencias al cambio y posiciones rígidas cuando estamos en conflicto, se reflejan en nuestra forma de comunicación, y esta a su vez alimenta el bloqueo y dificulta la resolución. Darnos cuenta de ello y aprender estrategias comunicativas nos capacita para salir del escenario de la comunicación disfuncional.

Apoyo formativo para planificar acciones y actividades dirigidas a la población en general o grupo específico, con el fin de contribuir a la reflexión y difusión de una cultura de paz y no violencia: cineforum temáticos, tertulias y talleres de intercambio, teatro-foro, creación de redes de buenas prácticas, acciones comunitarias en la calle, actividades artísticas y deportivas, etc 

Si trabajas como mediador-a y te interesa indagar y mejorar tu práctica profesional, puedes solicitar a AMEDIAR, tanto individualmente como en equipo o en grupo, intercambio, contraste y supervisión compartida de casos.